
Un síntoma, no una enfermedad
De forma recurrente recibimos consultas de empresarios y emprendedores relacionadas con las tensiones de tesorería, casi todas van orientadas a la busqueda de financiación. Los empresarios acuden, después de encontrarse con la negativa de las Entidades Financieras a facilitar mas pólizas de crédito, líneas de descuento, etc, para que les ayudemos a encontrar mas “dinero”.
Pero las tensiones de tesorería son un síntoma, como la fiebre, un indicador que señala que algo no funciona correctamente. Podemos bajar la fiebre con baños de agua fría, pero no la podemos suprimir sin atacar la infección que la origina. Del mismo modo podemos rebajar las tensiones con créditos bancarios, pero no acabaremos con ellas si no solucionamos lo que las produce.
Una buena manera de identificar la causa de esa tensión es analizar el Cash Flow o Flujo de Caja, un estado financiero del que ya habíamos hablado en este blog.
Hemos preparado un Cash Flow muy simple, para analizar diferentes escenarios, y así comprender como funciona esta herramienta, pero antes precisamos aclarar algunos conceptos:
Ebitda: Es el Resultado (beneficio o pérdida) de explotación, antes de restar las amortizaciones. Para calcularlo, a las ventas le restamos las compras, el gasto de personal y el resto de gastos estrictamente necesarios para realizar la actividad. No restamos ni amortizaciones, ni gasto financiero ni otros gastos o ingresos de carácter extraordinario. Podría entenderse como el dinero que nos hubiera dejado la empresa con la actividad del año, si todo lo hubiéramos cobrado o pagado al contado.
Amortización: Son los gastos que imputamos en el año por el uso de la maquinaría, las instalaciones y otros elementos que precisamos para trabajar, y que tienen una vida útil superior a un año, así su coste se reparte en el número de años de su vida.
Capex, o Inmovilizado, o activo no corriente, es el conjunto de bienes necesarios para trabajar con vida útil superior al año (maquinaria, mobiliario, …), casi todos se amortizan.
Circulante: es el conjunto de bienes o derechos que se convertirán en dinero durante el año (existencias, créditos a clientes, etc) menos las obligaciones que adquirimos con proveedores y acreedores para realizar la actividad (que deberemos pagar).
Pasivo financiero: Es la Deuda que tenemos con bancos y otros financiadores, el crédito es imprescindible para realizar la actividad.
Y éste es nuestro pequeño modelo de Cash Flow, en nuestra primera empresa, ficticia. No hay tensión de tesorería, y la caja al final del año es mayor que al principio:

Empezamos el año con 20 “euros” en la caja, las operaciones de ventas y compras del año nos dejan un resultado ebitda de 60 euros, debo destinar 15 euros a mi Circulante, porque con mis ventas he aumentado en 30 euros el crédito a mis clientes. Además he pagado 15 euros porque he comprado maquinaria de producción, he pagado los intereses de los créditos que mantengo con los bancos y he devuelto 10 euros del capital de esos créditos. Al final, todas mis operaciones me han dejado aún 17 euros, que aumentan la caja, al final cuento con 37 euros. No hemos sufrido ninguna tensión en el año.
¿Pero que pasaría si el resultado de la actividad fuera otro? La siguiente empresa no suma caja con la actividad, sino que la resta, la diferencia con la anterior es exclusivamente el ebitda, así que o bien vende menos, o trabaja con un margen mas pequeño en sus ventas, o su personal es más caro, o paga un alquiler del local mas elevado. Para saber porque su resultado es menor debemos estudiar su Cuenta de Explotación. Si no la arreglamos el próximo año tendremos tensiones de tesorería.

En próximos artículos analizaremos diferentes ejemplos de Cash Flow, de forma que al final sabremos identificar el o los focos de nuestros problemas. Y si desea que construyamos y analizamos su propio Cash Flow puede contactar directamente con nuestro departamento financiero.
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Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad de Barcelona, es también Actuario de Seguros, Agente de la Propiedad Inmobiliaria y Corredor de Seguros.
Completó su formación con cursos en fiscalidad, valoración de empresas y credit management impartidos por el Colegio de Economistas de Catalunya y el Centro de Estudios Financieros (CEF).
En el año 2000, se convirtió en socio director de la empresa y desde 2011 es también responsable del Área Financiera.
Durante cinco años, siendo ya miembro del equipo directivo de Àmbit Assessor, ocupó también la subdirección general y dirección financiera de Alco Grupo Empresarial.
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